Triste espectáculo el que vimos ayer en la Catedral. El Barakaldo no pudo y se llevó una derrota merecida. Quizás fue excesiva la diferencia de dos goles, pero el resultado que interesa, perder en este caso, no se me antoja injusto.
La dinámica en que ha entrado el equipo es muy mala. Derrota en casa (encajando tres goles) y otra seguida fuera (con otros tres en contra)....y, ahora, nada menos que el enrachado Real Unión en su cancha. Se antoja difícil, muy díficil, sacar algo. La esperanza es lo último que se pierde, pero es difícil ver algo de luz en este tunel en que nos hemos metido.
Por suerte, es el último match antes del parón de Navidad, que nos vendrá muy bien.
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